DÍA DE LA VISIBILIDAD TRANS
El domingo 15 de marzo la plaza de Callao presentaba su aspecto habitual de fin de semana. Eran las seis de la tarde y el día era especialmente frío teniendo en cuenta que en menos de una semana llegaría oficialmente la primavera. Por la plaza solo merodeaban turistas y paseantes, a veces hipnotizados por las imágenes que pasaban por la pantalla exterior de los Cines Callao.
Sin embargo, tan solo media hora más tarde, el panorama empezó a cambiar. Llegó un grupo de unas seis personas que sostenían entre todas una llamativa tela rosa en la que podía leerse el mensaje: "Cuerpos diversos, derechos iguales".
Junto a ellos se apostó una joven de aspecto masculino para ondear la bandera gay y gritar todo aquello que ella, y todo el colectivo transexual, reivindican. Así dio comienzo el Día de la Visibilidad Trans.
Pronto alguien desplegó una gran bandera transexual a modo de alfombra, ocupando casi media plaza. También se instaló un taller de confección de muñecos de cartón a los que se podía vestir y decorar de distintas maneras. "Has vestido a un transexual" decían las responsables del taller a todo el que se aventuraba a diseñar un muñeco, que podía llevar bigote y falda a la vez.
Un rato después, los transeúntes empezaron a detenerse. "¿Qué pasa aquí?" "¿Qué es esto" eran las frases que más se oían entre los curiosos que miraban la repentina transformación de la plaza de Callao. "Están celebrando el Día de la Visibilidad Trans" contestábamos nosotros, el equipo de Omnisexual. "Vienen a reclamar sus derechos". Algunos asentían, reconociendo la palabra "transexual", pero sin perder su expresión de perplejidad.
Enseguida llegaron las asociaciones LGTB. Arcópoli y FELGTB firmaron en el suelo con tiza, con letras bien grandes. Las cámaras empezaron a invadir la concentración trans para cubrir todo lo que estaba ocurriendo. La chica de la bandera, llamada Andrea, seguía gritando y era el objetivo favorito de todos los flashes.
Algunos personajes interesantes que estaban allí no tenían ni un segundo de descanso, porque continuamente eran filmados y entrevistados. La política y activista Carla Antonelli era una de las figuras más solicitadas. Rodeada de cámaras de vídeo, Antonelli explicaba con elocuencia lo que pedían los transexuales, haciendo hincapié en las familias que luchan por los derechos de sus hijos trans.
María Alejandra Huertas, vocal del área trans de Arcópoli, se movía como pez en el agua por la plaza. Sonriente, nos contó que ella era una "transbollito" (transexual y lesbiana) famosa en la comunidad LGTB, pero criticada por las feministas radicales, que consideran la transexualidad una manera de perpetuar los roles de género.
Hacia las ocho de la tarde, con el cielo a punto de oscurecerse del todo y el frío haciéndose notar aún más, las principales figuras del evento formaron una fila paralela a la bandera trans del suelo. Entre todos, leyeron un discurso con ayuda de un megáfono para sintetizar las reivindicaciones de los transexuales: que no tuvieran que esperar que un juez diera su visto bueno su identidad sexual, que desapareciera la transfobia, que se aprobase una Ley Integral de la Transexualidad que acogiese también a menores de edad.
La manifestación de los transexuales, desde dentro
Una llamativa tela rosa decía: "Cuerpos diversos, derechos iguales".
Los transeúntes preguntaban: "¿Qué pasa aquí?¿Qué es esto?"
"Estamos aquí y estamos felices de que nos veas", parecía ser la consigna general de la concentración.
Una Revolución a todo color
Un ambiente de valentía y sonrisas
Un final silencioso
La concentración trans no fue un evento cualquiera. Mientras que en otro tipo de manifestaciones los mensajes, gritos y movimientos de la multitud destilan indignación y hartazgo, la energía del Día de la Visibilidad Trans era completamente distinta. Se respiraba un aire limpio, por todas partes se veían sonrisas y reinaba una sensación optimismo. Los transexuales y las organizaciones que los representan saben lo que quieren: ser percibidos como todos los demás, no sufrir discriminación ni marginación. "Estamos aquí y estamos felices de que nos veas", parecía ser la consigna general de la concentración.
El Día de la Visibilidad Trans terminó como empezó: poco a poco y sin apenas darnos cuenta. La cámaras se fueron apagando y los curiosos se marcharon a casa. Pero la energía positiva y la presencia de ese espíritu de unión que une al colectivo LGTB continuaron durante un rato más, con Huertas y algunos amigos sacándose fotos tumbados en la enorme bandera trans, compartiendo carcajadas sinceras.

A fondo
Las declaraciones de los asistentes
Pancarta elaborada por los integrantes de la manifestación

Miembros de Arcópoli tras la finalización del evento